No me gusta el sitio al que llaman Tierra, por haber cambiado a más de un demonio

-Pues lo que quieras- no me apetecia comerme la cabeza.

*Un beso* pensé.

-Esque no se lo que quieres, y no se que ofrecerte.- le insistí.

-Dame ideas de lo que quieres..- le dije.- Porfavoooor.

-Te hago un vale a largo plazo, porque ahora ni sé que darte ni tu quieres pedirme.

-Si a ti te da por pedir algo o yo se que darte, lo diremos y ya está.- le dije sonriendo.

Me quedé pensando que podia darle. Mi mente nada más que pensaba en un beso, pero bueno eso era.. imposible. ¿Qué se le podia dar a un demonio? No se me ocurria nada en absoluto.

-Va a ser mas dificil de lo que esperaba..

Me rei con él.
-Como estamos nosotros con lo facil y lo dificil.

Me reí con él.

- Yo creo que la vida humana es más facil.

-Puede ser, pero la vida de un ángel atareado es igual o peor.

Me levanté para estirarme y me apoye en el árbol, estaba cansada de estar sentada..

-Ya... en eso estoy de acuerdo.- le lance una sonrisa de oreja a oreja. Caminé un poco y noté que alguien del parque estaba alterado.- Un momento.- le dije a Christopher.
Me acerqué al hombre alterado sin que me viera. Cerré los ojos y me concentré en que se calmara. Una vez conseguido volvi con Christopher.
-Ya está- sonrei-

Me encogí de hombros.
-Estaba alterado. Los motivos ni idea.

-¿Por qué cierras los ojos?- le pregunté con el ceño fruncido.

Sonrei mientras le observaba. Su rostro estaba muy tranquilo a pesar de ser un demonio. Y hermoso como ningun otro. Suspiré.