Me quede mirando como se iba, sus alas aun me sorprendia, tan negras que daban envidia hasta a la misma noche. Yo queria volver a verlo, pero no queria que fuera tan pronto. Agarre con una mano, el colgante que me habia dado, y la otra me la puse, donde sentia un dolor punzante en mi pecho. Espere un rato y me fui hacia mi casa.